Señores y tuvo tanta hambre que deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba y se dijo cuántos jornaleros hay en casa de mi padre Que tienen abundancia de paz y yo aquí perezco de hambre Así que me levantaré e iré a donde mi padre y le diré padre he pecado contra el cielo y contra ti y no soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como a uno de estos tus jornaleros y levantándose vino su padre y cuando aún estaba lejos, lo vio y fue movido a misericordia y corrió y se echó sobre su cuello y le besó, y el hijo le dijo padre he pecado contra el cielo y contra ti y ya no soy digno de ser llamado tu hijo, pero el padre le dijo siervo saca el mejor vestido y vestirle y ponerle un anillo en su mano y Calzado en sus pies y traed el becerro gordo para matarlo