Sin amor

Que no te resulte amargo,
este regalo envenenado.

Lo siento preciosa,
ya te lo he contado:
yo, contigo, siempre, voy con los malos.

Antes era duda,
ahora certeza.
Antes era herida,
ahora sentencia.
Antes era juego,
ahora condena.

No puedes echarme nada en cara,
la honestidad la tienes
donde acaba tu falda.

De vez en cuando me interesa,
regalarme belleza.
Otras veces, sin embargo,
me cuesta bajar la cabeza.

Antes era duda,
ahora certeza.
Antes era herida,
ahora sentencia.
Antes era juego,
ahora condena.

Aunque te sufra o necesite,
no me quedan recursos
para reírte el chiste.