歌詞
Un par de locos, corriendo a la orilla
sin pensar en el tiempo, solo el viento y la brisa.
Es diciembre, el sol baja lento,
y tus ojos reflejan ese eterno momento.
Atardecer en Curiñanco,
donde el cielo se tiñe de rojo y dorado,
y en la arena nos besamos,
prometiendo amor bajo el sol que se va.
Con las manos unidas, el mar como testigo,
en silencio miramos, ya no hay nada perdido.
Tus labios me encuentran, el mundo se va,
y en este rincón, solo tú y yo en paz.
Atardecer en Curiñanco,
donde el cielo se tiñe de rojo y dorado,
y en la arena nos besamos,
prometiendo amor bajo el sol que se va.
Este instante, tan real, tan eterno,
cuando el día se apaga y queda el recuerdo.
En la playa, dejamos huellas en la arena,
que el mar guardará como un eco en la niebla.
Atardecer en Curiñanco,
donde el cielo se tiñe de rojo y dorado,
y en la arena nos besamos,
prometiendo amor bajo el sol que se va.
Se va el sol, pero queda tu risa,
en esta playa, nuestra eterna brisa.
Curiñanco, testigo de amor,
un atardecer, donde empezó nuestra canción.