Dalszöveg
Eres la buena razón para no tener razón,
Eres mi sonrisa y mi lágrima de cada día,
Eres el dulce que a un niño alguien robó,
Eres la mujer que alguna vez me amó.
Ayer la visa de tu amor se me venció,
De portador regrese a mi soledad,
Mi cielo pintado de azul en negro quedo,
Y en mi pasaporte un sello de salida faltará.
Eres la dueña de mi corazón,
Eres la mujer que quiero, pero me desterró,
Eres el fruto prohibido que Adán comió,
Y eres mi sueño que se desvaneció.
Tal vez si algún día piensas en mí,
No olvides que por lejos que esté,
No me olvido de tí,
Tal vez si algún día piensas en mí,
No olvides que en el exilio,
Vivo por tí.
Eres mi amor platónico, mi utopía,
Pues un día el destino sin explicación,
Nuestras vidas separarían,
Por eso vivo emigrante,
En otro corazón.
Aunque ya sé que te he perdido,
Por ser la mujer que más he querido,
Prometo toda mi vida recordarte,
Y nunca olvidarte.