Dalszöveg
(Verso 1)
Viene llegando Héctor Ramos, bajando de la Escalade,
modelo nuevo, puro lujo, ya no hay vuelta atrás.
Salió de abajo, progresó, y ahora lo miran brillar,
con un Rolex en la muñeca que no deja de marcar.
(Verso 2)
Buenos amigos cosechó, el del rebaño destacó,
mirada firme, afilada, nunca en falso se quedó.
Hoy con mezcal en la mano, brindamos por el señor,porque Don Vergas lo logró, sin pedir perdón ni favor.
(Verso 3)
Muchos pueden hablar de él, pero como él no hay dos,
lo que tiene es de verdad, no presume ni hace alarde,
De la Merced se despidió, esos recuerdos son cicatrices que su alma ya tatuó.
(Verso 4)
En jet privado vuela hoy, ya no hay marcan de Telcel,
las deudas eran cadenas, hoy las rompe con poder.
Llegaron las American Express, ahora sí hay con que responder,
al patrón no lo doblan, ni lo hacen retroceder.
(Verso 5)
La envidia lo sigue, pero él sigue sin rencor,
tiene el alma blindada y el corazón superior.
En la bolsa trae billetes, en la mente trae valor,
y en el pecho bien clavado el consejo de su mentor.
(Verso 6)
Viste fino, pero firme, nunca olvida su color,
blanco, negro, pobre o rico, pa' él vale el interior.
El respeto se lo gana, no se compra ni se da,
y los que un día dudaron, hoy lo quieren saludar.
(Puente)
Hoy en cenas elegantes o el steak con los reales
sabe hablar con los de Harvard y también con los leales .
No se olvida del origen, ni la calle que pisó,
pero apunta a las estrellas con el pulso del campeón.
(Verso 7)
Y aunque algunos no lo entienden, ni lo van a comprender,
el respeto no se implora, se hace ley con su poder.
Por eso cuando lo miran, ya no lo pueden negar:
es Don Héctor Ramos, el que vino pa’ ganar.
(Final)
Y como dice HR, pa’ que el mundo lo escuche bien:
“Es mejor “new rich” que “never rich”, entiéndelo también.”
Y si algo lo mueve fuerte, más que el oro o el poder,
es su hija Poli, su motor y su querer.
Ella es su norte, su orgullo, la luz que lo hace brillar,
y por ella, si hace falta, vuelve el mundo a conquistar.