Dalszöveg
Eres el fracaso de mi vida,
la peor versión de mí,
el alma cuando se rompe,
con lo que yo te he querido,
y ya no puedo ni verte.
Quisiste tener marido y te casaste,
quisiste olvidar de donde viniste,
cerrar las puertas a tu pasado y no reir el chiste,
¿Y que has conseguido? Nada.
Sigues siendo la chica que pide mucho y no da nada.
No perdono tus faltas,
ni tu abandono a la causa.
Ya no eres la niña del Suaicha.
A la que cuidaba en las sobras y le reía las gracias.
Te has convertido en una loca,
de pelo rubio que viste de zara.
Sin talento no se crece,
sin humildad te desgarras.
Ahora camina de quien no la protege,
creyendo ser lista,
le crecen las orejas de burro que en rigor eres.
¿Las amistades? Superficiales,
compitiendo por el mejor babero,
juramos ser siempre hermanos,
pero me arrastras por el suelo.
No perdono tus faltas,
ni tu abandono a la causa.
Ya no eres la niña del Suaicha.
A la que cuidaba en las sobras y le reía las gracias.
Te has convertido en una loca,
de pelo rubio que viste de zara.
Sin talento no se crece,
sin humildad te desgarras.
No quiero hacer un repertorio de todo lo que de ti odio,
desde meter la mano en la caja.
Robar a tu familia es una desgracia,
hasta pagarte los cafés con el dinero de tu madre.
Quien siembra vientos, recoge tempestades,
quien te ha querido ya no lo hace.
Que no te falte de nada en tu vida,
o te darás cuenta de que la soledad es muy jodida.
No perdono tus faltas,
ni tu abandono a la causa.
Ya no eres la niña del Suaicha.
A la que cuidaba en las sobras y le reía las gracias.
Te has convertido en una loca,
de pelo rubio que viste de zara.
Sin talento no se crece,
sin humildad te desgarras.