Dalszöveg
Yo, vivo en un mundo lleno de bombardeos,
anuncios por el aire, deseos pasajeros.
Me dicen que compre pa' sentirme completo,
pero el vacío sigue, no se llena con objetos.
Promesas de estatus, de vida soñada,
pero al final del día, ¿qué es lo que queda?
Un ciclo sin fin, deseo y frustración,
comprando la ilusión de una falsa solución.
Cada cosa que compro tiene una historia,
recursos, sudor, a veces sin gloria.
Manos que trabajan, el planeta que grita,
mientras el plástico en los mares se multiplica.
Es la cultura de usar y tirar,
lo nuevo es lo viejo, ya no hay que reparar.
Mientras unos derrochan en exceso banal,
otros luchan por agua, comida y un pan.
Pero hay un camino pa' cambiar el sistema,
consumir con conciencia, romper este esquema.
Más calidad, menos cantidad,
prioriza lo real, no la vanidad.
¿Qué tal si dejamos de querer poseer?
Las experiencias pesan más que el poder.
Conexión humana, eso es bienestar,
porque el ser siempre brilla, el tener va a pasar.
Así que cuestiona: ¿quién eres sin lo que tienes?
La esencia no se compra, no importa cuánto gastes.
Si buscas en el ser, encontrarás la clave,
el cambio es tuyo, solo hace falta que te atreves.