Dalszöveg
Desde el primer día que llegué,
me diste una mano para aprender.
Con paciencia y gran dedicación,
me mostraste siempre la mejor lección.
Gracias, profe Benjamín,
por cada palabra, por cada latín.
Nos enseñaste a ser mejor,
tu sabiduría es un gran motor.
Gracias, profe Benjamín,
por ser mi guía y darme el fin.
De un camino lleno de luz,
y por siempre, tu voz es mi cruz.
Con tu ejemplo supe que estudiar,
no es solo leer, sino también soñar.
Me enseñaste más que solo en libros,
sino a luchar, a ser más que testigos.
Gracias, profe Benjamín,
por cada palabra, por cada latín.
Nos enseñaste a ser mejor,
tu sabiduría es un gran motor.
Gracias, profe Benjamín,
por ser mi guía y darme el fin.
De un camino lleno de luz,
y por siempre, tu voz es mi cruz.
Ahora sigo adelante, tu enseñanza es mi razón,
en cada paso que dé, llevaré tu corazón.
Por todo lo que me diste, mi voz es para ti,
gracias, profe, por todo lo que fui.
Gracias, profe Benjamín,
por cada palabra, por cada latín.
Nos enseñaste a ser mejor,
tu sabiduría es un gran motor.
Gracias, profe Benjamín,
por ser mi guía y darme el fin,
y por siempre ser mi inspiración.