Letra
En la tribuna, las banderas verdes y negras ondean con fuerza, llenando el ambiente de pasión y aliento. Los aficionados, fervientes como siempre, se agrupan en un solo corazón: ¡juega el Perro Verde!
Los caninos hacia adelante, cada uno más decidido que el anterior, saben que hoy es un día especial. La cojera intacta no les detiene; al contrario, parece impulsarlos a luchar con más fervor. El ladrido resuena sin pausa, vibrando en el aire como un grito de guerra. La calidad y el carácter de estos auténticos guerreros hacen eco en cada rincón del estadio.
Con pocas pulgas y mucho coraje, el Perro Verde demuestra que la adversidad no es un obstáculo, sino una oportunidad para brillar. Su garra y entrega en el campo son admirables; cada jugada, cada pase, cada ladrido, todo cuenta.
“¡Perro Verde carajo!” gritan los hinchas, inundando el recinto con energía contagiosa. La rivalidad se siente, pero el espíritu del equipo es inquebrantable. Vamos, el Perro nomás, hacia la victoria. ¡Que el verde y negro se imponga en el juego!
La emoción de la tribuna se hace palpable, y juntos, todos los presentes renacen en la misma convicción: ¡el Perro Verde es más que un equipo, es una pasión que une!