Era una sobrina que amaba mucho a su tía, que la cuido desde que estaba pequeña le daba mucho cariño y amor y la sobrina era feliz teniendo a su tía, en los cumpleaños de la tía la sobrina llamada Carla la embarraba de pastel cuando le soplaba a la velita. La tía le regaló una bicicleta a Carla para que se enseñará a montar bicicleta. La tía tenía un rancho llamado las moritas y Carla amaba ir a ese lugar a jugar con su tia y demás familia. La tía era todo para Carla pero tristemente tuvo que partir al cielo y no tuvo la oportunidad de ver cómo su sobrina Carla se convertia en una maravillosa podologa, pero la tia la mira desde el cielo y a diario la cuida y se siente orgullosa de lo que su pequeña ha logrado.