เนื้อเพลง
La chutama en la Ford.
De Santiago Papasquiaro, Calixto Mejorado,
y de Parral, Chihuahua, Tatagüel fue apodado.
Cuñados de pura ley, siempre juntos, bien plantados,
de día y también de noche, nunca andaban separados.
Cuando jóvenes movían, allá en la sierra encantada,
la chutama bien oculta, por caminos de la nada.
En una Ford del setenta y seis, con flecha bien preparada,
un kilo y medio cargaban, rumbo a Juárez se llevaban.
Calixto un día le dijo: “Te dejo todo encargado,
la camioneta está lista, y el viaje está planeado.
De Santiago a tu destino, no te vayas confiado,
que el negocio no perdona si algo sale mal, cuñado.”
Doña Luisa al Tatagüel, con cariño lo bendijo,
“Que llegues con bien, Miguel, mi Dios te cuide el camino.”
Pero el viaje se complicó, la Ford quedó detenida,
y en otro carro subieron la carga de aquella vida.
Por cervezas y corridos, la ruta fue celebrada,
puras rolas de contrabando, la radio iba entonada.
Llegaron a su destino, negocio bien realizado,
“De aquí para otro cargamento,” dijeron los cuñados.
Coro
Entre Santiago y Parral, dos cuñados bien valientes,
Calixto y el Tatagüel, nombres entre la corriente.
Con la chutama bajaban, siempre juntos, sin reproche,
leyendas de contrabando, de día y también de noche.