Dormí con los ojos abiertos, por si la vida pasaba de largo. Le aposté todo al silencio y al final me ganó sin usar una mano.
Perdí por hacerme el valiente, me callé cuando tenía que gritar. Y aprendí que hay que romperse pa’ saber qué se puede arreglar.
Y ahora soy el fuego que ya no se apaga, la última cerilla que aún tiene ganas. Soy lo que quedó de aquel que dudaba, el que se cayó... pero volvió con más alma.
Viví sin querer darme cuenta de que el miedo también se disfraza de amigo. Y ahora que sé lo que cuesta, no me vendo barato, pero sigo.
Porque soy el fuego que no pide nada, la canción que suena aunque nadie la canta. Soy la voz pequeña que el viento levanta, y aunque duela el paso... yo no vuelvo a la calma.
Si me busco, me encuentro cansado, con las manos vacías, pero el alma encendida. Y si me pierdo… que sea bailando en el incendio de mi propia vida.
Sí, soy el fuego que arde por dentro, la palabra sincera que no lleva adorno. Soy el loco que ríe cuando cae el invierno… y aunque a veces me quemo… no cambio este horno.
Musikstil
Spanish Rock with poetic lyrics, Male Voice, 80-120 BPM