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En un jardín de recuerdos olvidados,
flores marchitas bajo un cielo opaco,
el viento susurra nombres perdidos,
sombras difusas en un mar callado.
Laberintos de cristal,
donde el tiempo se va,
caminando en soledad,
en un sueño sin final.
Las estrellas caen en silencio profundo,
susurros de historias que ya no comprendo,
hojas caídas en un río oscuro,
buscando fragmentos de un mundo deshecho.
Laberintos de cristal,
donde el tiempo se va,
caminando en soledad,
en un sueño sin final.
En un espejo roto, veo reflejos de un ayer,
ecos de un alma que se desvanece sin querer,
el reloj se detiene, el sol ya no brilla más,
y en mi mente, un torbellino, un eterno vagar.
Laberintos de cristal,
donde el tiempo se va,
caminando en soledad,
en un sueño sin final.
En la penumbra de un pensamiento fugaz,
busco la luz que alguna vez fue mi paz,
pero en este jardín de memorias marchitas,
solo queda el eco de vidas distintas.