No vengo a dar pena, vengo a contarme… con un trago en la mano y la memoria despierta.
Mucho tiempo ha pasado y no siempre fui correcto, fui terco, Un perro callejero, más corazón que intelecto. No han podido doblegarme camino mi propio sendero, pero aprendí a vivir a ser libre primero
De los viejos aprendí una cosa que no olvido jamás: Que mientras respires en la vida Siempre hay que brindar… y celebrar sin aceptar consejos.
Porque la vida se acaba y no devuelve lo dado, yo brindo por las mujeres y por los amigos claros. Si mañana no despierto que me recuerden así: de frente, con mis errores, pero leal hasta el fin.
Fui el malo del cuento, Y yo no lo niego, lo confieso, quise sin compromiso y pagué el alto precio Cuando hubo cerveza en la mesa sobró abrazo verdadero, cuando faltaron los pesos Solo se quedó el amigo sincero.
No mendigo compañías ni compro fidelidad, vale más un pecho limpio que la falsedad
Porque la vida se acaba y no devuelve lo dado, Brindemos por los momentos Por las mujeres y el buen vino y los que siguen a mi lado. A los que siguen firmes Arribary abajo Y quiero que sepan Que yo no me rajo, Que siempre he tenido clase, yo vine a este mundo A vivir sin estresarme.
Ahora que estoy aquí acostado mirando hacia el cielo , pienso en los que se me fueron A los valientes y sinceros Hoy quiero recordarle que los llevo en mi pecho
Oye cantinero Destapa otra cerveza Quiero decir lo que quiero Olvídese de la certeza
No me voy sin deber nada Y el que quiera acompañarme. Que lo haga sin pena ni drama,
Soy un hombre lleno de faltas, pero fiel… con todas mis mañas Y Hasta la muerte hay que celebrar
No fui un hombre perfecto… pero si un amigo de verdad.