Letra da música
Daniel era el despiste de una noche que no existe,
un bueno para nada, machacado por su padre que,
según el, de tener niños raros,
feos y afeminados.
Es mejor no tener.
Esther es un poema que no vale la pena leer,
fea por fuerza y por dentro,
agarrada y mala gente,
se cree que se va a comer el mundo,
cuando en rigor es un desperdicio.
Pero no pasa nada porque las cosas pasan y quieres a su madre y dejas los detalles queriendo agradar.
Niños malos
Que no quieren a nadie, que no tienen detalles y si les preguntas por el corazón. Contestan con una sonrisa, mi comodidad vale más que tu vida.
Para nada, el hombre enamorado se encuentra con una loca que le llaman juguete roto y gorrón
Lo comentamos con el padre, con todo detalle, y el borracho que lee le oídas porque no sabe hacerlo de otra forma, y mientras vende que es piloto, el repetidor de gas butano, ya no entra en los pantalones, pero no pasa nada. Aquella madrugada, con droga en el cuerpo y arruinando las cuentas, se va por la puerta. Tres años de ausencia, llenos de faltas de respeto.
Esta historia no tiene buen final, el marido echa a los padres a la calle, sin pasión ni detalles, dice a sus hijos que no los quiere y se va.
Niños malos
Que no quieren a nadie, que no tienen detalles y si les preguntas por el corazón. Contestan con una sonrisa, mi comodidad vale más que tu vida.
Pero el mundo es raro, y los dos desgraciados arruinan al amor de su madre, porque según ellos su padre, merece reconstruir su vida, ella no.
Para terminar el chiste la madre de la princesa, cambia las llaves, benditos detalles. Al final, todo lo que les dio el padre y se lo comió el cáncer, la niña malcriada, los nietos enajenados, oscurece el recuerdo que un hombre que lo merece. Mejor que esta gentuza la muerte.