Songteksten
[Verso 1]
Estoy con la sangre en la pluma, vibrando como tlaskáli al comal,
mientras vigilo la ignorancia, cual koyóte acechando el corral.
Dicen que mi estado no existe, que es mito, que no hay señal;
pero existen sus burlas grabadas y mi coraje continental.
Somos la liga confederada que los Mashíkas no pudieron domar,
cuatro señoríos en asamblea, sin corona que besar.
Los meshikas vivían de tributos, de plumas y oro de altar,
nosotros con senado de guerra, listos pa’ contra-atacar.
[Hook A]
Esto lo escupo pa’ que arda, pa’ que tiemble el mapa completo,
Tlaxcala no cabe en libros, cabe en tu dolor secreto.
Si tu burla te hace gracia, ríe, disfruta el concreto;
la raíz más vieja del valle va a romper tu esqueleto.
[Verso 2]
Moktezúma en su trono de jade, peces volando desde Náutla,
mientras en mi valle sembramos maíz que hasta el sol resalta.
Ellos alzaban pirámides para saciar su falta,
nosotros forjamos república con filo de obsidiana y malta.
No nos llames traidores: traidor es quien escribe a medias,
quien reduce mil lanzas a un folio para vender enciclopedias.
Mil españoles sin calca, miles de flechas indígenas,
aritmética simple que en la escuela llaman herejía.
[Verso 3]
Saludo a Malín-tzin, la trilingüe que abrió corredores mentales,
sin su verbo no hay conquista ni pactos interculturales.
La hicieron pecado de historia con juicios virales,
pero tradujo la guerra cuando otros sudaban metales.
Nos colgaron la culpa en la espalda pa’ tapar su derrota moral,
«Traidores» —gritan los libros—, mientras ocultan su feudal.
Nosotros parimos estrategia, ellos solo rezos y sal;
que se documente la cifra: la victoria fue confederal.
[Hook B]
Esto lo grito pa’ que arda, pa’ que reviente tu oído,
historia sin firma ajena, puro machete encendido.
Si la verdad te incomoda, hazte un abrigo de ruido;
la memoria del maíz late aunque la vendas vendido.
[Verso 4]
Cuatrocientas familias marcharon al norte sembrando frontera,
fundaron Saltillo, frenaron la guerra Chichiméka entera.
Después cruzamos el Pacífico cual tormenta viajera;
en Cagayán tronó el arcabuz —samurái probó madera.
Mientras el resto dormía bajo la sombra virreinal,
Tlaxcala firmaba su escudo con brillo casi imperial.
Exención de tributo, caballo y blasón vertical;
privilegios grabados en plata en un mundo tributal.
[Verso 5]
Luego llegó la república, borrador sobre pergamino,
quitó repúblicas de indios, sembró el despojo asesino.
Juárez firmó la subasta que dejó baldío el camino;
la tierra pasó a hacendados, se multiplicó el casino.
En el censo del noventaycinco nos taparon con cinta gris,
solo contaron la lengua, no el rostro ni la raíz.
Pero el Náh-watl resiste en Buensuceso, firme y feliz;
cada sílaba es machete que al ignorante desdice.
[Hook C]
Esto lo suelto pa’ que arda, pa’ que rompa el pavimento,
Tlaxcala no es fantasía, es volcán en crecimiento.
Que el que pregunte si existo sienta el temblor del cimiento;
traigo siglos de silencio cobrando su vencimiento.