Pobre corazón herido, se perdió en el alba, todo incomprendido. Se tornó de hiedra, colgando al vacío. Corazón de piedra. Ya nadie lo alcanza, se fue con el viento déjenlo que muera. Pobre corazón errante, va llorando a solas cual si lo matasen. Se tornó de hielo, de azul lejanía. Allá va en su duelo. Vuela, triste golondrina, que otra primavera quizás te dé vida.