Lyrics
Setenta y un años y un alma de cristal,
Tu pelo plateado, tu mirada leal.
Manuel, con tu nombre, un eco de verdad,
Que tu voz sincera dice sin piedad.
Recuerdas, papá, tu campo en Cocachacra,
Una niñez de sueños y de tierra magra.
La ausencia en tu casa, la pobreza un grillete,
Pero tu alma de niño nunca conoció el olvido.
Con dieciséis primaveras y una mano tendida,
A la selva te fuiste, a buscar otra vida.
Con tu hermano Guillermo, forjando el destino,
Dos almas valientes en un mismo camino.
Dejaste la selva, llegaste a Arequipa,
Donde el sol de la amistad tu alma anticipa.
Y allí conociste, el Huacho y el Lucho,
Con quienes tu risa, tu juventud, fue mucho.
Años de aventura, de sueños y de amor,
Antes de que llegara el amor mayor.
De ese amor de tu vida, nacieron tres estrellas,
Mirko, Wilson, y la adoración de tus huellas,
Tu Alejandra querida, la dueña de tu ser,
El más puro reflejo de tu amanecer.
Nunca olvidarás, que en la Southern un día,
El trabajo duro tu suerte torcía.
El mejor operador, de la chancadora entera,
Honrado y querido, por quien lo viera.
Tu corazón, papá, tu caridad sin fin,
Son las cicatrices que te hicieron vivir.
Y en ese camino, en ese mismo andar,
Llegó un nuevo amor que te hizo vibrar.
En Ilo, tu puerto, tu dulce hogar,
Con Frida tu vida volvió a empezar.
Y ahora con Frida, un nuevo despertar,
La mujer que tu vida, al fin, pudo anclar.
Mirando tus hijos, tu legado de amor,
Y tu Alejandra, tu dulce flor.
Porque Frida es el presente, tu gran bendición,
La melodía de tu nuevo corazón