la mañana en los espejos refleja al sol en su nutrida luz en su son su brisa ardiente entra por un cajón mi voluntad en los caprichos de mi edad mi silencio en los pasillos de tu piel como un bribón develo mi alma a las palabras igual que un gruñón y despacio abro la euforias de mi tentación que soy bajo el aspecto de los tímidos zumbidos de un colibrí burlón? ...mañana de agua fresca sin bidón? ...leche de mundo…de lechón? ...tostadas de algodón? ...café sin camisón? el desayuno de las poesías en un colchón del libro humano de los justos es un don del holocausto de los egoístas es un arpón del inicio del florecer nace una sensación del día como un cañón voy a tus sábanas de algodón y aquietas la rígida forma de los egos de bastión del horror humano al corazón del que fue pesadilla a la erupción del oscuro calabozo de la pena a la emoción y ahora eres sol y color…un eslabón caminas a mi como…una abducción vertiente al mar y a la agitación como ave al nido sin ninguna oposición como osezno a la miel sin aprensión y eres el amanecer de mi conjunto en fusión de mi forma de escribir en un rincón de mi vida como hombre sin animación de mi claridad extasiada de ser un chillón de mi devenir sagrado a tu razón y de todo lo que seré en esta canción