¿Dónde estará esa venezolana tan bella, cocinando arepas o bailando con su estrella? Quizás en la cocina, con su guacamaya, que grita: “¡Aló, aló!”, mientras ella se ensaya. ¿Estará pensando en su cubano encantador, mientras el aroma de la comida da olor? Con un toque de ajo y un poco de sal, preparando un festín que será fenomenal. La guacamaya canta con su voz sin igual, “¡Aló, aló!” dice, ¡qué alegría musical! Y la gatica juguetea, persigue un ratón, mientras ella ríe y siente el corazón. Mientras el tiempo vuela en su dulce hogar, ella sueña despierta con volver a amar. “¿Estará él en la playa o bailando en el bar? Oh, mi cubano lindo, ¡te quiero encontrar!” Así entre risas y platos bien hechos, la venezolana vive sus días derechos. Con su guacamaya y su gatica a la par, cocinando amor mientras sueña sin cesar.