Yo no quiero ser el amor de tu vida, quiero ser el amor del resto de tus días, a quién prefieras sin necesitar a quién quieras sin depender.
Quiero tener contigo primeras veces y hacer de las ya existentes exclusivas. Qué del resto lo que me haga especial sea que me ames, que sin importar la distancia, los días o el tiempo sin vernos, me sientas a tu lado, que tengas la seguridad de que aunque podría estar en cualquier parte del mundo, prefiero quedarme contigo.
Hacer de tus inseguridades virtudes, que aprendas a quererte y ser mejor persona, pero sobre todo libre, y que entiendas que enamorarse sin daño y quererse mutuamente es el resultado de respetarte a ti mismo.
Amanecer contándonos cosas, que tengas ganas de platicarme tu infancia, tus fobias, tus malas manías, tu gusto culposo o cualquier tontería teniendo claro que no voy a juzgarte sino disfrutar tu historia como quién lo hace con la poesía.
No ser ni tu clavo, ni tu cruz, sino convertirme en antídoto que te ayude con la herida, poder darte la mano y hacer el amor mucho, mucho.
Y que entiendas que me gustas para todo, sobre todo para quererte bien, porque tu eres magia y mereces un amor bonito y yo... ... yo te quiero.