No sé si te has marchado o yo me he ido La tormenta en mi pecho nunca ha cedido Tu sombra en mi almohada aún está conmigo Te dije adiós pero nunca nos despedimos. Pasaron veinte otoños sin verte aquí Cada hoja caída me recuerda a ti Tu risa en el viento, sé que la oí Pero en susurros, te perdí. Lloro en el espejo, no puedo olvidar Cada rincón de mi alma aún eres tú El reloj sin tiempo parece gritar: Adiós eterno, mi amor, mi luz. Entre sueños veo tu rostro difuso Promesas rotas, el silencio es confuso El eco de tus pasos, un susurro inconcluso Nuestro adiós es el peso en un sueño confuso. Cada canción que escucho me susurra tu nombre Las estrellas en el cielo, un triste pronombre Las risas se han ido, sólo queda lo enorme De este vacío que nunca se esconde. Lloro en el espejo, no puedo olvidar Cada rincón de mi alma aún eres tú El reloj sin tiempo parece gritar: Adiós eterno, mi amor, mi luz. A veces en la noche, creo escuchar tu voz Un eco lejano que se vuelve un adiós Aunque el tiempo avance y el dolor no se apague Siempre serás parte de este amor que no desfallece. Lloro en el espejo, no puedo olvidar Cada rincón de mi alma aún eres tú El reloj sin tiempo parece gritar: Adiós eterno, mi amor, mi luz. El reloj sin tiempo parece gritar: Adiós eterno, mi amor, mi luz.