Algo habrá que nos salve la memoria cuando el dolor nos lleve a la otra acera, vendrá otro tiempo ya sin primavera esparciendo fantasmas en su noria. Alguien habrá tal vez que ponga flores en el sitio fugaz de la ceniza y habrá un instante, un gesto, una sonrisa, para enfrentar futuros resplandores. Mi testarudo cuerpo se resiste a imaginar la soledad futura y no accede ante nada en su porfía. A pesar de que a veces yace triste sigue buscando por la noche oscura la necesaria luz de un nuevo día.