En el jardín

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En el jardín secreto de mi pecho,
donde florece un amor sin par,
tú eres la luz que ilumina mi sendero,
la melodía que hace mi corazón cantar.
Tus ojos son dos estrellas en el cielo,
que guían mis pasos en la oscuridad,
y en tu sonrisa, hallé el anhelo
de un amor eterno, sin final.
Tus labios, dulces como la miel,
son el refugio de mis más tiernos besos,
y en tus brazos, siento un edén fiel,
donde perdemos tiempo, sin excesos.
En cada latido, te llevo conmigo,
nuestro amor, un lazo fuerte y perdurable,
en este poema, mi corazón te digo,
que eres mi amor, mi vida, mi amable.
Así, en las páginas del tiempo y espacio,
nuestro amor perdurará sin cesar,
como un poema de amor, nuestro abrazo,
que en cada verso, nunca dejará de brillar.
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