Restaurando el Tabernaculo caído de David

Oh Señor mío cuando te encontraste con la mujer Samaritana en aquel pozo, te mostraste a ella como el Cristo, tú le hablaste que eres la verdadera agua que sacia.
Revelaste que el Padre solo busca adoradores en espíritu y verdad y que la hora había llegado en que tales adoradores es necesario adoren, oh Señor maravillosa revelación, desde los tiempos de David no se ha levantado adoración continua en tu altar, que en este tiempo tus hijos de adoren, que todos te coronemos con nuestra adoración, que vuelvan los tiempos en lo que los cantores no cesen, que haya continua alabanza delante de ti ya no serán doscientos sino millares de todas las naciones y los pueblos.
Que el tabernáculo caído de David sea levantado y haya adoración permanente, mientras tu haces proesas y cosas extraordinarias, solo adoraremos, solo cantaremos y que la nube de tu presencia nos envuelva, entonces habrás levantado un pueblo de adoradores para ti, ha sido restaurado el tabernáculo caído de David, solo para ti Señor y por la eternidad, entrando en tu Santuario, a tu misma presencia, frente a tu trono.