Suelen ser las primaveras reinas de las flores una fiesta para las abejas que gustosas liban néctares endulzando los paladares con sus mieles. Sin embargo en ocasiones hace el hombre de las primaveras bancos de sal y ácido con hedores de carne chamuscada. Hoy por ejemplo lanzaron bombas en Gaza y muchos padres perdieron a sus hijos y muchos hijos quedaron huérfanos. Con seguridad allí no existirán flores ni abejas sus habitantes no disfrutarán esta estación del año —quién sabe hasta cuándo— porque la metralla convirtió el paisaje en indefinida noche.