El vino, al igual que cualquier material artístico, necesita ciertos cuidados. Al estar en contacto con el oxígeno, su color puede seguir cambiando incluso después de haber secado en el papel. Para evitar esto, protegemos la obra con un barniz especial para acuarela o pastel, asegurando que los tonos se conserven en el tiempo. Además, es importante recordar que todas las obras de arte deben mantenerse alejadas de la luz directa del sol, ya que esta puede alterar los colores y desvanecer los pigmentos.