En vacaciones de Semana Santa en Bahia de Lobos ocurrió. Don Rubén, sus hijos y yernos salieron a pescar. Ya con anzuelos y carnada en el agua las lizas y chochitos empiezan a picar. De repente Alejandro le dice al suegro, que un fuerte jalón a la piola sintió. Don Rubén intenta sacarlo pero el animal jala la lancha hacia el mar. Entonces el Tío Güero que con sus hijos pescaba, al pasarle por un lado pregunta, a donde van Rubén tan rápido de reversa y sin motor? Don Rubén le dice algo traemos pero aún no se que es. El tío Guero se empareja y a las dos pangas al mar iba a jalar. Por fin la bestia se cansa y del agua la pueden sacar. Era una enorme Mantaraya que al subirla sin gancho a la lancha iba a voltear. Desesperados con la Mantaraya alrededor a la panga del Tion guero querían subir Cuando con voz firme se ordena: nadie suba porque nos van a voltear. Vamos a subir de uno por uno del más chico al más grande. Ya abordo preguntan: Y Don Rubén donde está? Entonces sale del agua con gran respiro, no podía salir porque se atoró con la piola y Mantaraya y gracias a su pericia pudo salir. Entonces llega la noche pasan las horas y todos en alta mar. De repente se escucha el motor de una lancha y con encendedor se hacen señas para ser rescatados. Era un pescador Yaqui que a la Boca Sur a los Felix remolcó. Ya en la orilla estaban mujeres que rezando por los perdidos sentían que viudas quedaban. Pero con gran alegría el regreso de maridos e hijos se dio. Don Rubén en los mangles a la Mantaraya seco y su rica carne en machaca convirtió. Desde entonces nace la leyenda del Capitán Mantaraya que hasta la fecha sus aventuras continúan para familia y amigos sorprender.