Dalszöveg
Verso 1)
Camino entre vitrinas, luces de neón,
me venden la promesa de una vida mejor.
La oferta me llama, no puedo decir que no,
pero en el fondo sé, todo esto es ilusión.
(Pre-Coro)
Porque compro y compro, buscando llenar,
un vacío que el dinero no puede sanar.
Quiero felicidad, pero al final del día,
me queda la pregunta: ¿a qué precio vivía?
(Coro)
Espejismo del consumismo,
promesas que se van con el abismo.
La tierra grita y yo sigo ciego,
es hora de cambiar, ya no me niego.
(Verso 2)
En la fábrica, manos cansadas trabajan,
para que yo adquiera lo que nunca me basta.
Las yeguas se tiñen con el costo del lujo,
y las almas se pierden en este embrujo.
(Pre-Coro)
Porque compro y compro, buscando llenar,
un vacío que el dinero no puede sanar.
Quiero felicidad, pero al final del día,
me queda la pregunta: ¿a qué precio vivía?
(Coro)
Espejismo del consumismo,
promesas que se van con el abismo.
La tierra grita y yo sigo ciego,
es hora de cambiar, ya no me niego.
(Puente 1)
Es el ciclo de compra y descarte,
la felicidad pospuesta en cada parte.
Las cosas me pesan más que me llenan,
¿quién paga el precio de mi condena?
(Verso 3)
Miro al niño que juega con tierra y madera,
él no tiene nada y lo tiene todo afuera.
Tal vez el secreto no es tener más,
sino cuidar lo poco que ya en mí está.
(Puente 2)
No quiero más bolsas llenas y alma vacía,
no quiero que el mundo pague por mi fantasía.
La verdadera riqueza no está en la vitrina,
es cuidar lo que importa, sentirlo cada día.
(Coro Final)
Espejismo del consumismo,
dejemos atrás este mecanismo.
La tierra espera, y juntos podemos,
vivir con menos y ser más plenos.
(Outro)
Cuando el último árbol haya caído,
cuando el agua esté seca, cuando el aire perdido,
entenderemos que el brillo en la pantalla,
no valía más que la luz de una mañana.
Vivamos en equilibrio, cambiemos el guion,
que el mundo no sea víctima de nuestra ambición.